Cuando uno se cae, se tiene que levantar y eso, no no
engañemos, es difícil.
Del maratón de Valencia tengo muchos recuerdos, pero
el que siempre me viene a la cabeza no consigo borrar es el del momento
del abandono. Me veo en el kilómetro 17 sentado en una rotonda llorando,
paralizado, fracasado y sobre todo hundido. Lo peor de todo esto, es que te
acompaña en el tiempo, te persigue en tus pensamientos y te bloquea las
piernas.
Pasaron unos días, me senté y empecé a tomar nota de
los posibles errores cometidos, para sobre todo, intentar buscar soluciones. La
primera era dejar los entrenamientos en soledad y engancharme a ByM Running, la
segunda apuntarme a la Media Maratón de Villaverde, aun sabiendo que sería una
dura prueba para mi estado anímico.
Antes de la salida del MM de Villaverde, quedé con los
artífices de ByM, calentamos juntos y me dieron todos sus ánimos. Los necesité,
desde el km 5 la idea del abandono fue constante, en algunos momentos estaba
más pendiente de buscar una excusa para pararme que en disfrutar de la carrera.
Con el paso de los kms fui venciendo esa sensación y en el 12 tenía claro que
terminaba, el tiempo sería muy malo pero eso en esos momentos es lo de menos.
Cuando las fuerzas empezaban a flaquear, en el km 19 Mario fue a mi encuentro e
hizo conmigo esos 2 últimos y eternos kms. Al cruzar la meta se me despejaron
muchas dudas, tuve sensación de alivio y de haber dejado atrás una derrota.
A los 5 días estaba en la línea de salida de Aranjuez,
otros ánimos, otras sensaciones y con la camiseta de ByM. Según mi estado
físico, un sub 60 sería un exitazo, pero mi intención era simplemente intentar
correr al máximo y ver donde me encontraba realmente. Cuando cruce la meta y vi
que había conseguido 59:32, la verdad, es que me sentí muy satisfecho.
Cuando escribo estas líneas, quedan 18 semanas para el
Maratón de Madrid, ¿lo preparamos? La respuesta es clara, por supuesto que sí.
Esta vez cuento con un gran equipo detrás, ByM running.
Para terminar esta entrada, quiero agradecer de corazón a Bea y Mario todo ese apoyo dado en esos momentos tan oscuros.
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