Hace
un tiempo, unos amigos, me propusieron correr la Media maratón de Córdoba 2015
y así aprovechar el fin de semana para pasarlo bien y conocer un poco la ciudad. Sin apenas pensármelo acepté, pese a que no iba a poder llegar en
forma, ya que solo había 15 días de diferencia entre el Maratón de Valencia en
el que acompañé a Bea y tampoco había hecho entrenamientos a esos ritmos puesto que también hice toda su preparación con ella, pero me gustaba la idea
de compartir unos días con amigos y con la guinda de la carrera.
El
fin de semana empezó de manera intensa, ya que uno de los 4 componentes que
viajábamos en AVE el sábado por la mañana, para darle emoción, llegó algo justo
de hora y sin los billetes impresos, ni el localizador.
Finalmente logró imprimirlos y logramos entrar en el tren con tiempo de
sobra, 3 minutos antes de su salida. El viaje estuvo entretenido entre la
película con subtítulos, a la que ni miramos, el encuestador de Renfe que estuvo un rato amenizándonos el viaje, las fotos y demás
habíamos llegado a Córdoba en un abrir y cerrar de ojos.
Una
vez en Córdoba, había que salir a rodar para desentumecer las piernas así que, fuimos al
hotel a dejar las maletas y salimos rodando a recoger los dorsales, en definitiva que “matamos
dos pájaros de un tiro”
El
resto del día discurrió entre paseos, partidas de cartas
y degustación de comida típica cordobesa con el resto de la expedición.
El
domingo, era el día de la competición y pese a no llegar en un buen momento
había ganas de competir ya que llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Tras un breve calentamiento, dejamos las últimas prendas
a Bea (animadora y fotógrafa en esta carrera), nos plantamos en la salida y nos
damos los últimos ánimos entre todos.
Por mi parte, tenía la idea de salir para hacer un tiempo de en
torno a 1 hora 18 minutos, la salida fue bastante rápida, ya que era en bajada,
sobre el kilómetro 5 ya había cogido el ritmo esperado (3 minutos 42 segundos).
El circuito pese a tener alguna cuesta no era muy duro y además había bastante
animación. Iba con buenas sensaciones, únicamente un pelín de flato hacía acto
de presencia cuando subía el ritmo, por lo que decidí no coger ningún
avituallamiento por el miedo a que el flato fuese más fuerte.
En los últimos kilómetros, cuando veía que tenía el tiempo que
pretendía hacer asegurado, vinieron las malas sensaciones y la falta de
fuerzas. Pese a ser estos los kilómetros más favorables, fueron los que más
lento hice.
El entorno de la llegada, el puente romano de Córdoba, era
espectacular. Conseguí parar el crono en 1 hora 17 minutos 49 segundos lo
cual, pese a cumplir el objetivo de 1 hora 18 minutos, me dejo un sabor
agridulce por no haber podido aprovechar el terreno favorable de los últimos
kilómetros.
Pese
a todo, hago una valoración muy positiva de la carrera
y lo mejor de todo, es que toda la expedición desplazada hasta Córdoba cumplió
sus pretensiones y acabamos todos satisfechos.
Después
de la ducha y antes de que saliera el AVE, hicimos un poco de turismo por el
centro, parándonos a comer una tapa en el Bar Casa Santos, famoso por sus
grandes tortillas y nos fuimos dando un paseo hasta la estación.
Para finalizar el viaje y como nos gusta tanto las
emociones fuertes, volvimos a llegar al AVE justos de tiempo, esta vez a 5
minutos de que saliera. Si el viaje de ida fue entretenido, el de vuelta fue
aún mejor, ¡TODAVIA TENGO AGUJETAS DE TANTO REIRME!
Mario M.
Mario M.
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